Las monedas forman parte de la vida cotidiana. Con ellas se puede comprar, pagar, usar máquinas expendedoras e incluso enseñar a los más pequeños a ahorrar llenando una alcancía. Además, y lo más importante, no dejan de ser el medio oficial de pago de todos los países.
En los últimos años, en Argentina particularmente, su uso se fue resignando y reemplazando por los billetes. Por escasez o casi nulo valor de compra, lo cierto es que utilizarlas es más bien la excepción. Así las cosas, cargar con todas ellas no representa un problema mayor. Por ahora.
De hecho, muchos ya no recuerdan lo mal que las monedas se llevan con (y en) los bolsillos. O el peso extra que soportan los compartimentos de las billeteras. Ni hablar del fondo de las carteras y todas las que se pierden, aparte de que el monedero quedó en desuso.
Sin embargo, con la última decisión del Banco Central de la República Argentina, el flamante billete de 20 pesos (el guanaco) pasará a ser el de menor denominación y se dejarán de hacer los de 5 y de 10, que serán reemplazados justamente por monedas.
Entonces, vuelven al ruedo. Habrá más de ellas, tendrán valor y serán fundamentales para adquirir los bienes más baratos y poder dar vuelto.
Para volver a convivir con ellas, algunas claves para trasportarlas y que no sean un sobrepeso.
CUATRO OPCIONES
Monedero
A revolver la casa y encontrar el monederito que quedó en el olvido. En el caso de las mujeres, volverlo a adoptar será fácil. Para ellos, la alternativa es escoger uno bien masculino. Sino, la guantera o el contenedor de monedas del auto.
Lata de golosinas
Algunos caramelos y chicles, importados por lo general, vienen en latitas pequeñas, muy lindas y cómodas. Una opción para almacenar allí las monedas y tenerlas a mano.
Tubo de vitaminas
Las pastillas efervescentes de vitamina C vienen en un tubo que es ideal para guardar allí las monedas. Cómo para llevar en la cartera o la mochila.
Dispensador
En el mercado se pueden conseguir portamonedas con capacidad para varias denominaciones. Son de plástico y vienen en diferentes modelos y tamaños. Claro que son un poco menos estéticos y más incómodos que un monedero o billetera.
Especies en extinción
La inflación las volvió una carga pesada. Las monedas de 5, 10, 25 y 50 centavos tienen cada vez menos poder adquisitivo. Para poder comprar algo, se necesita literalmente un puñado de ellas. Un paquete de chicles, por ejemplo, cuesta unos 10 pesos en promedio. Se necesitan 30 monedas (10 de 50 centavos y 20 de 25 centavos) para pagarlo.
Por eso, las monedas más pequeñas casi ni se ven. Además de que no están circulando, la gente prefiere no aceptarlas.
En ese sentido, las estadísticas oficiales confirman que las monedas chicas están en extinción. Según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), entre marzo de 2013 e igual mes de 2015 la circulación de monedas menores a un peso creció menos del 1,5 por ciento. Al mismo tiempo, trepó 57 por ciento la emisión del billete de 100 pesos .
¿Qué plata vale?
Según el BCRA, actualmente hay siete nominaciones de monedas y ocho de billetes vigentes. Esto significa que deben ser aceptadas en todo el territorio nacional.
Entre las monedas vigentes están la de 1, 5, 10, 25 y 50 centavos y las de 1 y 2 pesos. En tanto que los papeles que valen son los de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 pesos. Para fines de este año, se sumarán las monedas de 5 y 10 pesos y el billete de 1.000.
Al rescate de Mitre
En los próximos días, el Banco Central (BCRA) oficializará el rescate de los billetes de dos pesos en circulación. Por primera vez en 25 años, la entidad lanzará la convocatoria para que todos aquellos que tengan estos ejemplares acudan a los bancos para canjearlos por monedas de igual denominación.
Habrá seis meses de tiempo para completar la operación. Cumplido ese plazo, los billetes que llevan la imagen de Bartolomé Mitre dejarán de tener validez legal.
El billete de dos apareció en 1992, con la convertibilidad, y en la práctica es el de menor denominación. Actualmente hay unos 415,1 millones de estos ejemplares circulando.