Efecto placebo: el poder de creer

Los placebos son pastillas que carecen de principios activos. Aún así, tienen efecto sobre la salud. Cuando la mente tiene el poder de curar. 

Efecto placebo: el poder de creer
Efecto placebo\u002E

Hace más de 2.500 años, los griegos ya usaban el arte de las palabras para curar. Es que los estudios sobre el poder de la mente en el cuerpo no son nada nuevos. En ese sentido, el efecto de los placebos parece tener muy buen resultado en la mayoría de los casos.

Concretamente, esta técnica se trata de una sustancia que no tiene acción terapéutica por sí misma pero que produce algún efecto curativo en el enfermo. Claro que la persona tiene que estar convencida de que posee realmente tal acción. Caso contrario, lo más probable es que no surja efecto.

María Alejandra Rodríguez Zía, endocrinóloga especialista en medicina orthomolecular, advirtió que los efectos positivos de la sustancia inocua desaparecen cuando se informa a los pacientes de la realidad del medicamento que están tomando. "Las personas se curan sólo si creen en la curación, y no porque el método aplicado sea efectivo contra su enfermedad", subrayó.

Respecto de las razones del efecto sugestivo benéfico, la médica explicó que se debe a causas psicológicas. Los diferentes estudios científicos sobre el tema confirman que cuando una persona cree que la medicina que toma va ser eficaz, en su cerebro se activa una región relacionada con la capacidad de experimentar un beneficio y segrega dopamina, un componente que tiene efecto analgésico.

"Lo que ocurre en el ámbito clínico, ocurre también en el ámbito psicoterapéutico. La palabra actúa como elemento curativo y sanador. Por eso es tan importante la calidad del vínculo entre el médico y el paciente", remarcó Rodríguez Zía.

Qué se usa

Los placebos más comunes que se suelen utilizar son pastillas de azúcar, infusiones, cirugías placebo y cualquier otro procedimiento en el que se da información falsa al paciente.

El dato

Los médicos recetan placebo mucho más de lo que se cree. Así concluye una investigación de las universidades de Oxford y Southampton, de Gran Bretaña.

El estudio demostró que el 97 por ciento de los médicos en aquel país usó tratamientos placebo impuros, mientras que un 12 por ciento recetó placebos puros.