Por Natalia Lazzarini.
Por el avance de la ciencia –que posibilita un diagnóstico a tiempo y un mejor tratamiento de la enfermedad–, la tasa de mortalidad por cáncer viene bajando en los hombres. Sin embargo, en mujeres, las noticias no son buenas. Según datos del Registro Provincial de Tumores de Córdoba, las muertes por esta enfermedad se mantienen estancadas en las pacientes femeninas.
"Los casos de cáncer en mujeres vienen bajando en los últimos años. Sin embargo, no logramos descender la mortalidad. Córdoba se encuentra por debajo del promedio nacional, y quizás hayamos alcanzado un núcleo duro más difícil de revertir", explicó Martín Alonso, director del Registro Provincial.
Los datos –inéditos hasta el momento– comparan incidencia y mortalidad en dos períodos: el primero va desde 2004 a 2008 y el segundo, desde 2009 a 2013. Tanto en hombres como en mujeres bajaron los casos por cada cien mil habitantes. Sin embargo, la mortalidad por tumores logró descender en los varones pero en ellas está estancada.
Bajo la lupa. A la hora de analizar porqué aumenta o baja la mortalidad por tumores en Córdoba, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) analizó la realidad de nuestra provincia con el resto de jurisdicciones de la Región Centro. Y comparó el comportamiento de cada tumor, desde 1997 a 2014.
Córdoba logró reducir la muerte por cáncer en hombres en los siguientes órganos: pulmón (3,3 por ciento), próstata (2 por ciento) y páncreas (uno por ciento). Por el contrario, la mortalidad creció un 1,3 por ciento en cáncer de colon y recto. Al respecto, la entidad nacional advirtió que nuestra provincia fue la jurisdicción con menor porcentaje de población de más de 50 años analizada con estudios de rastreo para cáncer de colon.
En el caso de las mujeres, Córdoba logró bajar la mortalidad por cáncer de mama (3,3 por ciento) y en cuello de útero (0,5 por ciento). Se mantuvo estable en colon-recto y páncreas. Y, por sorpresa, las muertes por cáncer de pulmón aumentaron un 1,4 por ciento (ver página 3).
Graciela Abriata, coordinadora del Sistema de Vigilancia Epidemiológica y Reporte del Cáncer, indicó que las capitales de las provincias centrales se comportan como los países desarrollados. Hay menos nacimientos y la población alcanza edades más avanzadas.
El estudio nacional advirtió además factores de riesgo en los cordobeses: alto porcentaje de tabaquismo y sobrepeso, baja actividad física y consumo de verduras. Los estudios de mamografía aumentaron en los últimos ocho años, no así los de papanicolau.
Según datos del Registro, la ciudad de Córdoba se comportó de manera similar al promedio provincial. La incidencia por cáncer bajó en hombres (de 248,6 a 215,7), así como la mortalidad (117.9 a 107,). Los tumores en mujeres bajaron de 220 a 211) y la mortalidad, creció de 80,6 a 81,1.
En ellas, hay fuerte impacto del cigarrillo
La mortalidad por cáncer de pulmón aumentó en forma significativa en las mujeres. Según el último informe de vigilancia del Instituto Nacional del Cáncer (INC), la tasa creció un 1,4 por ciento en Córdoba, mientras que en los varones disminuyó un 3,3 por ciento.
Autoridades sanitarias advirtieron sobre el fuerte impacto del cigarrillo –así como del estrés y de la baja en la tasa de maternidad– y aclararon que es tendencia nacional. "El hábito del cigarrillo está siendo un problema para las mujeres –alerta Graciela Abriata, coordinadora del sistema de vigilancia nacional–. Hoy tienen más trabajo y estrés que antes, y además tienen menos hijos, algo que suele ser un factor protector".
Cuestión de hábitos. La tendencia no es exclusiva de Córdoba y se replica en todo el país. Los referentes aseguran que en 10 años, el cáncer de pulmón puede crecer un 25 por ciento en Argentina.
En la sala de situación 2016, el Instituto Nacional del Cáncer informó que la prevalencia del tabaquismo disminuyó en la Región Centro en los últimos ocho años. Sin embargo, los promedios de consumo registrados en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe superaron la media nacional.
“Lo que pasa es que la mujer empezó a fumar después que el hombre. La primera generación de trabajadoras que se iniciaron en el cigarrillo son las que se están enfermando ahora. Algo similar ocurrió en Estados Unidos”, indicó Martín Alonso, director del Registro Provincial de Tumores.
“La prevención puede ser secundaria, cuando se detecta un tumor ya establecido. O primaria, en el diseño de políticas públicas que mejoren los hábitos de vida de las personas”, finalizó Abriata.
