Por Fabricio Esperanza
Los médicos que se dedican a la emergentología tienen que lidiar diariamente con situaciones límite, en las que una decisión tomada de manera inmediata puede significar que un paciente en grave estado salve su vida.
Los profesionales que trabajan en el Hospital de Urgencias saben bien esto, sobre todo quienes tienen que encargarse de cubrir la guardia de los sábados, el día más complicado por la cantidad de gente que llega debido a siniestros viales, la violencia urbana o hechos delictivos.
El doctor Norberto Brusa se desempeña en este centro asistencial como Jefe de Cirugía, y durante 21 años caminó sus pasillos y salas como responsable de esa guardia que es famosa por su complejidad, volumen de trabajo y estrés. En una charla con Día a Día, cuenta cómo es trabajar en permanente relación con la vida y la muerte.
–¿Cómo son esas 24 horas?
–Esa guardia tiene sus horarios. Se empieza repasando lo que quedó pendiente; le sigue la calma de las 10 de la mañana hasta que empiezan a llegar los accidentes laborales de quienes estuvieron de fiesta y fueron a trabajar en malas condiciones; después viene la siesta con las lesiones deportivas; luego el atardecer con los casos de violencia familiar; a la madrugada llegan los heridos de arma blanca o de fuego, ya sea víctimas o victimarios de actos delictivos; y al final es el turno de los heridos de accidentes o peleas de las salidas de boliches y bailes.
–Una escala que sólo se conoce con años en esa guardia.
–Así es, un combo complicado. Y también con el tiempo te vas dando cuenta que en ocasiones es más fácil el saber hacer cuando estás con el paciente, que administrar todo ese caos que va ocurriendo. Esto es por distintos factores: porque no hay camas, o porque te falta algún recurso, o porque a veces se dan jornadas donde pasa todo junto y el hospital colapsa, entonces hay que derivar a uno y a otro. Y es ahí también cuando se empieza a ver la importancia de la prevención y de la educación, tanto del profesional como de la sociedad en general.
–¿Son también administradores en parte?
–La medicina es curar, aliviar y consolar. Pero cuando se forma parte de una estructura, la medicina también es saber administrar los recursos con los que se cuenta, para poder precisamente curar, aliviar y consolar. Los dirigentes tienen que ser conscientes de la importancia de la contención institucional, el valor de dar un buen ejemplo.
–La muerte es algo habitual para ustedes. ¿Cómo se lidia con eso?
–Hay una cosa a la cual no te acostumbrás nunca, que es la situación de tener que informarle a la familia, a los padres, que su familiar o su hijo se murió. Por más que pasen los años, no hay forma. La batalla por salvarle la vida a alguien y que eso finalmente no se pueda lograr, cada uno lo va asimilando de distinta manera a medida que va creciendo, tanto en edad como profesionalmente. Pero es muy shockeante ver el dolor del que quedó, decirle a un padre que esa batalla la perdiste.
–¿Cómo se bancan la cabeza y el cuerpo un trabajo como éste?
–Nosotros tenemos un alto índice de mortalidad, colegas que se jubilan y al poco tiempo fallecen, o nos enteramos que sufren de enfermedades que liman rápidamente el físico. Es una de las profesiones y especialidades que tiene más cantidad de casos de “Síndrome de Burnout” (“quemado”). Es muy importante la capacidad de resiliencia, la contención familiar y la contención institucional.
–¿Cuál es el secreto para transitar una vida de guardia?
–Tenés que estar preparado para el ahora, tratar de saber todo de todo, porque no tenés idea de lo que te va a llegar. Claro que para esto también está el apoyo que uno tiene del resto del equipo de trabajo, sobre todo de los que más madurez y experiencia cargan. Ese es el secreto, el equilibrio que se da entre la fuerza y el empuje de los médicos jóvenes y sobre todo la experiencia de los más viejos, que te da eso del saber hacer. La confianza en el colega que está con vos es vital.
–¿Qué es lo bueno de ser emergencista y de pertenecer al Urgencias?
–Ser emergencista te da mucho. Cuando salvás a alguien, cuando ves a un tipo que llegó todo roto a causa de un accidente y se va caminando, saludándote y dándote las gracias, eso es algo muy fuerte emocionalmente. Y pertenecer al Hospital, qué te puedo decir… Me gusta mucho el fútbol, soy hincha de Unión de Santa Fe, y es como la pasión por la camiseta del club, el médico siente orgullo de ser parte, porque el Urgencias tiene mística.