Por Verónica Suppo
Aprender y enseñar van de la mano en barrio Juniors, entre un grupo de jóvenes dispuestos a dar y otro de abuelos sedientos a tener nuevos conocimientos. Arrancaron en julio pasado con el primer taller de computación para adultos y ahora ya van por el tercer curso.
La idea surgió entre los profesores y los estudiantes del Cenma 111, un secundario nocturno de barrio Juniors, que buscó extender las tareas de este colegio a la comunidad del barrio, por lo que lo más próximo fue abrir el taller de computación para que los mismos alumnos sean quienes les enseñaran a los mayores.
Entones se conectaron con los referentes del barrio, a través del presidente del centro vecinal, Martín Giesenow, y con la secretaria de Educación y Cultura, Irene de la Fuente, y prendió con más fuerza la idea con los profesores Florencia Coral y Miguel Taborda.
Desde julio pasado cuando comenzaron con los primeros 10 alumnos, el interés de los vecinos fue creciendo y se abrieron nuevos espacios gratuitos. Incluso debido a la demanda, se planifica desde el centro vecinal ampliar el dictado de talleres para que los adultos también de telefonía móvil y acercarlos al uso de los aparatos inteligentes.
"Los vecinos se prendieron enseguida, les gusta mucho esta actividad a los adultos mayores porque rápidamente tuvo muy buena repercusión. Los profesores y los alumnos no podían creer porque se engancharon y se generó este vínculo", contó el presidente del centro vecinal.
“Los chicos tenían esta materia y debían hacer actividades prácticas, con la idea de vincularse con la comunidad con un proyecto y fue así que se dio esta experiencia”, agregó.
Qué aprender. Los cursos son gratuitos y los adultos pueden concurrir dos veces o una vez por semana a lo largo de un taller que se extiende durante dos meses. En todo el dictado los abuelos son asistidos por los profesores y por los mismos estudiantes en un gabinete de computación.
"Lo primero que aprenden es a familiarizarse con la computadora, la parte externa, el hardware, cómo está compuesta; y después pasan al software. Recién ahí comienzan a trabajar con los programas como el Excel, Word y a manejar Internet", detalló Giesenow.
La sorpresa de los estudiantes fue la apertura que lograron al barrio, sobre todo porque al tratarse de un secundario nocturno les permitía en pocas ocasiones relacionarse con la gente del sector.
"La experiencia no deja de sorprendernos porque, al principio, eran pocos, pero enseguida se fueron sumando y viendo de qué se trataba. Muchas veces hay prejuicios o desconocimiento por los colegios que dan clases a la noche y quiénes van a clase, y esto fue un trabajo para la comunidad", insistió Giesenow.
Como el interés por las clases y el intercambio entre los vecinos creció, la Secretaría de Educación y Cultura trabaja desde el centro vecinal en un curso de Impresión 3D, a través de un acuerdo con otra institución; además de tallares de robótica educativa para niños y adolescentes.
"Se ha logrado romper el mito de que no se pueden vincular los estudiantes con los adultos mayores, que los que estudian a la noche no están conectados con el barrio. Hay que ver cómo trabajan los estudiantes, por un lado; y los vecinos intentando vincularse con el mundo digital, con las nuevas tecnologías, por el otro", dijeron desde el centro vecinal.
Dónde dirigirse por consultas. Si bien las clases se dictan en el Cenma 111 (bulevar Arenales 990), los vecinos que se quieran sumar pueden concurrir al centro vecinal para tener detalles de este taller, o conocer las fechas para las próximas capacitaciones gratuitas. La dirección del centro es Zuviría esquina Uruguay.