"Soñamos con una plaza que nos incluya a todos"

Durante los festejos por el Día del Niño, Victoria pidió una plaza en condiciones para los niños de barrio Zepa B. Vecinos aseguran que son muchas las deudas del Estado en el sector.

La plaza de barrio Zepa B que los vecinos quieren mejorar.
La plaza de barrio Zepa B que los vecinos quieren mejorar.

“Sabemos que vivimos en una patria rica y de abundancia, y que tenemos muchos derechos. Soñamos con una plaza en nuestro barrio que incluya a todos: niños con capacidades diferentes, jóvenes y adultos”, dijo Victoria, desinhibida y micrófono en mano.

Estaban de festejos por el Día del Niño en el comedor Mi Casita Mi Refugio, en barrio Zepa B, cuando la nena de apenas 8 años tomó la palabra entre murgeros y magos, para pedir un espacio recreativo accesible e inclusivo.

"Victoria va a la escuela Juan Azurduy, y con sus hermanas van a los dos comedores que hay en el barrio porque estamos desempleados y no tenemos para darle de comer", contó a Día a Día Emilio Coria, su papá, un albañil que tiene empleos temporarios e informales.

En un terreno del barrio que se formó hace 13 años, los vecinos acondicionaron cuatro juegos donados para asegurarse un espacio recreativo para los niños. “Son cuatro juegos viejos que pusimos los vecinos. Pero necesitamos una plaza buena, con postas deportivas para los más grandes, con juegos accesibles para niños con discapacidad, con espacios para los adultos, para ejercitar la mente, y con árboles”, enumeró Emilio.

Sergio, otro vecino del barrio, cuenta que el video se filmó en la celebración del Día del Niño en el comedor que conduce su hermana. “Una genia Vicky que leyó el pedido, ahora tenemos que difundirlo para ver si alguien se apiada del barrio, porque queremos tener un barrio mejor”, agregó.

“La plaza que tenemos es una plaza carenciada, hay niños con discapacidad que no se pueden ni subir a los juegos, hemos hecho reclamos en la Municipalidad pero no nos llevan el apunte”, describió Sergio, y dijo que en la zona son muchos “los que queremos lo mejor para nuestros niños”.

Más reclamos. Emilio tiene 32 años y pide mayor presencia del Estado. "Estamos excluidos, no tenemos conectividad, el nivel de la escuela es muy bajo, no hay talleres de oficios ni capacitaciones cerca… nos vamos a transformar en una fábrica de pobres si no tenemos oportunidades", lamentó el joven padre de tres niñas.

“El barrio tiene ocho manzanas, y una zona de asentamiento. Es un barrio pobre, pero no es peligroso, sino que es un barrio excluido y moralmente quebrado. Vemos pasar el desarrollo y nos quedamos afuera”, describió.

Y contó que en su casa se habla mucho de progreso: “Lo que Vicky leyó es lo que hablamos siempre en casa, de la necesidad de oportunidades para mejorar. Ella quiere llegar a la universidad, y yo le he dicho que si no se prepara no va a poder, así que ella lee una o dos horas por día, por fuera de la escuela, para hacerse el hábito”.