Incendios en Córdoba: bomberos cuentan en primera persona cómo es tener el fuego cara a cara

El coordinador de la Regional 6 y un bombero voluntario relataron a Vía Córdoba cómo se trabaja en el lugar. Cuando la adrenalina puede más que ocho horas seguidas de combate.

Bomberos voluntarios cuentan en primera persona su experiencia.
Bomberos voluntarios cuentan en primera persona su experiencia.

Durante los últimos días fueron miles las imágenes que se conocieron sobre los incendios en las sierras de Córdoba y también los mensajes de aliento para los bomberos y bomberas voluntarias que trabajaron para sofocarlos. Pero ¿cómo lo viven ellos? ¿cómo es estar en el lugar con el fuego a escasos metros?.

Esas y otras preguntas fueron las que Juan Manuel Molina, coordinador operativo de la Regional 6 (con siete cuarteles a cargo de los cuales cinco estaban combatiendo diferentes focos) y Yoel Kreder, integrante de la patrulla de prevención del fuego le respondieron a Vía Córdoba para adentrarnos en primera persona a este universo, desde la coordinación hasta el trabajo de campo.

Juan Manuel tiene 40 años y desde el año 1.997 está involucrado en esta tarea. Por diferentes razones se alejó y luego volvió para quedarse. También trabaja en la repartición de derivación de pacientes y emergencia sanitaria del Ministerio de Salud provincial. Por lo que además de los incendios también lo mantiene ocupado la pandemia de coronavirus.

El interior del camión de comunicaciones.
El interior del camión de comunicaciones.

Su tarea, como se indica, es la de coordinar todo los trabajos y estar atento a lo que va sucediendo. Como él mismo lo dice "tenemos que pensar antes que el fuego, no podemos correrlo por atrás". Para eso cuenta con un gran equipo que se va trasladando en un camión de comunicaciones que funciona como una oficina con todo lo necesario: wi-fi, antenas, radios, pantallas, entre otras cosas. 

El camión vital para mantener las comunicaciones.
El camión vital para mantener las comunicaciones.

"La Regional 6 viene con con muchos incendios encima. Nunca nos pasó de tener tantos, tan seguidos y tan grandes. Nos apareció de pronto en el norte donde enviamos gente a un incendio explosivo (por los daños, la velocidad de propagación), no terminamos de trabajar éste y aparece el del Pan de Azucar, no se termina y hay otro en el Cuadrado", ejemplifica sobre la magnitud de los trabajos de los últimos días.

Y en esos trabajos también estuvo Yoel Kreder, bombero voluntario de la localidad de Cosquín. Tiene 25 años, hace ocho que es voluntario y además cuenta con otros dos trabajos. Comenzó prestando servicio el sábado y recién paró el miércoles por la noche. "Pasé de Copacabana a Capilla el domingo al mediodía y nos dieron aviso que en Cosquín habían prendido fuego en el camino al Pan de Azúcar", comenta sobre su periplo.

En este trabajo tan intenso y con focos tan seguidos y de tamaña magnitud, a los bomberos se les presentan situaciones dolorosas. "Tenés que elegir entre el monte y las casas, los animales y las personas. La provincia tendrá unos 5.000 bomberos de los cuales podes llegar a contar con 400 o 500. Tener que dejar quemar la montaña es horrible", se plantea Yoel.

Yoel Kreder luchando cuerpo a cuerpo.
Yoel Kreder luchando cuerpo a cuerpo.

Ellos estuvieron dispuestos a responder tres preguntas para ayudar a entender los hechos que tuvieron que enfrentar:

  1. ¿Cómo viven esta situación?
  2. ¿Cómo es tener el fuego cara a cara?
  3. ¿Qué mensaje le darían a la gente?

"A veces es tan alta la temperatura que sale vapor del traje. Cuando termina la tarea te arde todo el cuerpo", Yoel Kreder.

1. Estar ahí es un privilegio y también una responsabilidad porque la gente espera mucho de nosotros. También es mucha la solidaridad, el apoyo es indispensable en cuanto a donaciones y mensajes positivos. Pero tenemos una responsabilidad entregando mucho y dejándolo todo. Sobre todo en estos incendios que sobrepasan la capacidad el sistema.

2. La verdad es que a veces tenemos miedo. No existe el bombero que no tiene miedo. El mismo cuerpo te pasa adrenalina a full, siempre trabajando a conciencia y seguro. Tenemos un sistema en Córdoba muy capacitado y un plan provincial que nos da un apoyo increíble. A veces es tan alta la llama que se come árboles enteros. Las altas temperaturas hacen que empiece un proceso de pirólisis en los trajes y empieza a salir vapor. No te das cuenta en el momento porque es tanta la excitación que cuando todo pasa te arde el cuerpo entero. En esas situaciones prácticamente te salva la vida que lleguen los aviones o helicópteros, es una ayuda divina. Cuando escuchas un avión cerca te sentís más seguro. Sabes que te van a dar una mano sobre todo en la interface.

3. Se sabe que el 99% de los incendios es intencional, no porque veamos cuando prenden fuego sino por patrones. No se qué puede sacar una persona de quemar un sector tan hermoso como puede ser el Pan de Azúcar. Esa gente tiene que pagar igual que un criminal que comete un crimen grave porque pone en riesgo la vida de muchísimas personas. Pero quiero agradecer a la gente porque es increíble el apoyo. Es muy importante, es un pilar fundamental el apoyo de la gente tanto como el que dona una naranja o el que hace una transferencia bancaria. Un incendio lleva muchísimo gasto.

"Ver que en el máximo cansancio sacan un esfuerzo extra le renueva las esperanzas a todos", Juan Manuel Molina.

1. La vivencia es que en los primeros dos dias hay una especie de impotencia. En los incendios de Copacabana se quemaron muchas viviendas y estabamos acostumbrados a ganarle con un sistema muy aceitado, te da una impotencia muy grande. Pero ver a chicos jóvenes o de todas las edades que en el máximo cansancio sacan un esfuerzo extra le renueva las esperanzas a todos. El fuego tuvo una propagación extrema. El clima ha ido cambiando tanto que va a empezar a pasar esto, es algo inevitable. Aún así desde la Federación es un trabajo muy grande el que se viene haciendo para preparanos, de otros países no entienden como existe el voluntariado para estos trabajos.

2. Lo anormal sería no tener miedo, eso termina siendo un riesgo. Siempre hay que tener precauciones, sabemos que tenemos gente muy profesional y preparada. Como jefe uno siempre tiene que pensar en lo que viene, pensar en la seguridad de bomberos y unidades, viviendas. Tenés mil cosas en la cabeza en ese momento. En un incendio forestal que te llevan tres o cuatro días con la misma intensidad, a veces hay frustración porque se pasa a algún sector que no queríamos o nos gana o no lo podemos combatir. Pero sí, te da miedo, preocupación. Pero si estamos seguros de lo que vamos a hacer se trabaja confiado.

3. Las causas por el momento no se conocen. Con respecto a la gente y la solidaridad es un agradecimiento, es una palmada que sin buscarla la necesitamos. Invitamos a la gente a que pase por su cuartel y conozca a sus bomberos. Es un gran gesto y los bomberos lo agradecen enormemente, es un reconocimiento que aunque no se busque se espera. Con respecto a la seguridad y prevención hay que ser muy cuidadosos con el acopio de poda, la limpieza de terrenos. Nos sigue pasando que la gente quema podas o tira colillas.