Por Alejandra Boldo.
No saltearse ninguna comida es el pilar fundamental para mantener un hábito alimenticio saludable. A pesar de que es una regla básica, se respeta muy poco. Y los que siempre terminan pagando los platos rotos son el desayuno y la merienda. Por inapetencia o falta de tiempo, suelen ser los grandes rezagados del día.
Estas dos comidas son tan necesarias como el almuerzo y la cena y de mucha utilidad para cortar con los períodos de ayuno, controlar el hambre, mantener activo el metabolismo y darle energía al cuerpo. Como tales, es hora de reivindicarlas.
Virginia Sar, pastelera y estilista gastronómica (foodstyler), está realizando un especial de desayunos y meriendas en el canal El Gourmet. Día a Día habló con ella sobre la importancia de revalorizarlos.
Fanática de los desayunos y meriendas abundantes, con mantel y todo, Virginia disfruta más que ninguna estas comidas. De hecho, la idea del nuevo envío surgió de sus propios hábitos. “Me levanto más temprano para tener tiempo de desayunar y para mí no hay mayor placer que poder merendar a las cinco en punto, con todo en la mesa, como corresponde”, cuenta la fotógrafa y escritora.
Para ella, el ritmo de vida actual impide poner en valor estos dos hábitos. “Creo que de nosotros depende hacerles un espacio para poder disfrutar de estos momentos”, agrega.
Y no se trata de armar bandos y diferenciar entre buenos y malos. Lo ideal, explica la chef, es darle la misma importancia o poner el mismo esmero que en las comidas principales. “No hay que reemplazar en ningún caso. Pero en algunas situaciones particulares, un buen desayuno puede convertirse en un almuerzo, el clásico Brunch. En otros, una merienda abundante puede oficiar de cena temprana”, ejemplifica.
El desayuno ideal
La autora del blog Divino Macaron enumera los ingredientes que no deben faltar: cereales, frutas, panes tostados, quesos, mermelada, miel, infusiones y leche, con cita obligada.
“Los colores, a la hora de poner la mesa, son una buena guía para saber si hay de todo un poco. Para tener en cuenta, un mínimo de tres colores te garantizan una alimentación variada. Por otra parte, las harinas en el desayuno dan una inyección de energía casi instantánea”, explica.
El consejo de Virginia es que cada uno aprenda a desarrollar sus propios gustos y hacer el esfuerzo para cambiar los hábitos, entrenar al cuerpo para recibir comida temprano y así no salir de casa solo con un café.
Todo entra por los ojos
Bloguera, instagramer, fotógrafa, chef, estilista, escritora. Muchas profesiones en una, o una nueva profesión. Todo eso es Virginia Sar, aunque ella se define como una creativa en la cocina, en primer lugar fotógrafa y foodstyler.
La comida es su mejor excusa para crear las imágenes y los climas por los cuales se diferencia. Las redes sociales, y en especial su blog, son el lienzo en blanco del que se vale para mostrar sus trabajos y su forma de ver la comida, sin límites editoriales.
Sus preparaciones son de catálogo. Con el foco en lo estético y en la perfección de la imagen, los platos parecen traspasar la pantalla. Al respecto, la pastelera subraya que todo entra por los ojos.
“Es como amor a primera vista. Primero tiene que surgir ese impacto visual que abre el apetito, que hace que tus papilas gustativas despierten. Es tal cual como en el amor. Y, por supuesto, el sabor nunca debe decepcionar, tiene que estar a la atura o superar las expectativas visuales”, aclara.
Las cuatro comidas principales nunca deben saltearse. A su manera, todas son importantes en igual medida.
Waffles de Virginia
» Son versátiles. Van bien para el desayuno como para la merienda. Se puede acompañar con dulce o salado, o solos. Son los más votados y rinden un montón.
Ingredientes
» 2 tazas de harina
» 3 cucharaditas de polvo de hornear
» 1/2 cucharadita de sal
» 1/4 taza de azúcar
» 1 y 1/2 taza de leche tibia
» 2 yemas
» 1 cucharadita de esencia de vainilla
» 100 g de manteca fundida
» 4 claras batidas a punto nieve
Preparación
En un bol tamizar, todos los ingredientes secos. En otro bol, batir ligeramente las yemas con la leche y la vainilla. Agregar los líquidos a los secos e integrar. Incorporar la manteca previamente fundida. Por último, integrar las claras en dos o tres veces, con movimientos envolventes. Mientras la preparación reposa unos minutos, calentar la waflera. Cuando llegue a temperatura, colocar la mezcla de a cucharadas en el centro de cada división, cerrar y cocinar hasta que se vean dorados y crujientes.