Por Cecilia Bazán
"Estoy cocinando, pero hablo con vos mientras preparo la comida", cuenta Pedro Lambertini al teléfono. Atiende a Tu Día desde su casa en Buenos Aires, mientras prepara una acelga japonesa salteada con salsa de pescado y aceite de sésamo. El aroma no atraviesa el celular pero sí nos reúne la expectativa por sus recetas con chocolate, la excusa que esta vez lo tendrá de cara a sus seguidores en una clase en Córdoba.
Excusa porque Pedro contará con alegría que viene por algo muy importante: el cumple número 93 de su abuela.
El cocinero, que transcurrió la primera parte de su infancia en barrio Alto Palermo, no pierde contacto con estas latitudes aunque la vida lo haya llevado a recorrer el mundo a través de la gastronomía.
"Yo tengo una parte importante de mi familia en Córdoba: hermana, tíos, primos. Me siento profundamente cordobés y es algo que quise transmitir con mis series de televisión y con el libro", afirma.
–Se te ve involucrado con el origen de los productos, con pensar la cocina como una forma de estar bien. ¿Cómo definirías tu estilo?
–Creo que el estilo uno lo va descubriendo con el paso de los años y va mutando con el paso del tiempo, la edad y qué cosas te sensibilizan. Yo no creo que en 20 años esté haciendo lo mismo que ahora. Las cosas se van sucediendo accidentalmente, a los tumbos y uno se va encontrando con cosas y va tomando distintas decisiones. Todo lo que tiene que ver con la cocina natural y orgánica llega a mi vida de casualidad, cuando voy a conocer a un amigo de una amiga que venía a abrir una cadena de restaurantes de este tipo. Inicialmente me pareció un embole. La cocina sana me parecía rara. Pero me puse a investigar y me di cuenta que era el futuro y ahí empecé a ahondar. Una cosa fue llevando a la otra y acá estamos.
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–Cocineros como Jamie Oliver hacen una bandera de la cocina saludable, u otros consideran una misión en su carrera transmitirlo, ¿te sentís identificado con esos mensajes?
–No, yo lo vivo desde un lugar relajado. Siempre cuesta despojarnos de los rótulos y uno piensa: “este hace cocina saludable”, “este otro macrobiótica”... Yo trato de hacer lo que me gusta. Transmitir un mensaje que sea fiel a mi cocina pero lejos de los dogmas y de las bajadas de línea.
–¿Cómo sos cuando tenés que probar la comida de otra persona?
–Muy simpático, divino soy (risas). Existe el mito de que uno presta más atención porque "uy, qué va a decir", pero en realidad a las personas que nos dedicamos a esto creo que nos gustan las buenas cosas, pero sencillas. Sabemos valorar un buen aceite de oliva, un buen vino… Hay cocineros que tienen gustos más asquerosos que otros pero es particular de cada uno. A mí una papa hervida con su piel con un rico aceite y sal marina me parece algo súper sencillo y súper sofisticado. Voy con la guardia baja. Me pone de mal humor comer mal, lo tengo que decir. Pero siempre la buena cocina está hecha de buenos productos.
–¿Hay algo que no te guste para nada?
–El mondongo no me gusta para nada. Tampoco el seso.
–¿Cuál ha sido tu descubrimiento (producto, especia) más reciente en la cocina?
–Estoy grabando un curso de panes que saldrá a la venta en agosto, calculo, y estoy muy entusiasmado con los panes, con la harina integral. Uno se va fanatizando con distintos insumos y ahora estoy muy metido con el tema de los panes. Hasta para algunos panes blancos uso algo de harina integral.
–Más allá de la carne, ¿qué productos argentinos creés que habría que valorar?
–Creo que hay un trabajo general de los cocineros de intentar comunicar lo que tenemos en el país para que se deje de asociar Argentina a la carne y a la soja. En el caso de Córdoba yo hice un programa (Frutos de la sierra. Córdoba) y un libro (Al natural), creo que he contribuido. Muchas veces las personas no tienen ni noción de lo que hay, algunos creen que Córdoba es alfajores y fernet. Y es mucho más. Pero de a poco se están dando a conocer los distintos ingredientes que tenemos de acuerdo a las regiones.
–¿Hay algo que te llevás de Córdoba cada vez que venís?
–Me encantan los embutidos, los salames de Colonia Caroya. Hay un fernet casero que hacen en Cura Brochero que también me gusta mucho. Varios productos me llevo.
–¿Te gusta que las personas cocinen más?
–Me gusta. Me gusta que la gente se involucre más, que le dedique tiempo. Ahora que estoy con el curso de pan me gusta pensar en que las personas hagan su propio pan, que sepan que es económico, que es posible, que es mucho más saludable, que es un hábito que una vez que se adquiere se sostiene por mucho tiempo. Realmente me parece súper interesante este nuevo despertar e interés que tienen las personas por lo que comen. Me parece que trasciende a la moda y que es un hábito saludable que va a perdurar en el tiempo.
Pedro en las redes sociales
“A las redes las uso como un canal de comunicación, como una pata de apoyo, no es mi usina, no es el lugar del cual yo salí, pero sí es un lugar donde encontré una manera muy divertida de comunicar, y muy dinámica”, cuenta el cocinero.
A través de Instagram (@pedrolambertini), Twitter y Facebook comparte a diario posteos con miles de interacciones y comentarios.
“Voy posteando lo que tengo ganas, no lo uso como algo funcional para contar recetas sino que también pongo alguna foto de algo que me gustó, o cuento algo de mí o lo que comí en algún lugar rico. Soy muy relajado, y por suerte la respuesta de la gente es muy buena porque me conoce de otro lado, de la televisión, de las series de cocina o porque venían a mi restaurante, así que es muy lindo”.
Clase de chocolate en Córdoba
Pedro Lambertini dará una clase especial sobre chocolates en Córdoba. Será hoy 8 de julio en el hotel Holiday Inn (Fray Luis Beltrán y Cardeñosa), desde las 9.30. La clase que brindará en Córdoba tiene un costo de $ 400 (más gastos de servicio) y permitirá a los asistentes aprender durante tres horas las técnicas del chef y degustar los platos producidos en un brindis final. El evento es organizado por la productora Américo. Los interesados pueden inscribirse online haciendo click acá.
