La “bronca” comenzó el domingo pasado, con el supuesto “robo de un electrodoméstico”. Durante toda la semana, el fantasma del enfrentamiento sobrevoló la villa El Nailon. Y se corporizó ayer a las 14, cuando uno de “los Tucumanos” –la banda que comanda la villa desde hace años– se enfrentó a tiros con un joven rival.
La mujer, Estela Maris Barrera, de 53 años, no tenía que ver con la disputa: como suele ocurrir en las villas quiso frenar la pelea. Pero nada frenó los perdigones de plomo de la escopeta calibre 16: recibió cuatro, tres en el pecho y uno en la espalda. Y murió allí mismo, en su casa, sobre Mendoza al 3300.
El autor de los disparos hacia la mujer es Mariano Cabanillas, quien apareció en ese sector de la villa buscando a Gonzalo Moyano (22), novio de la nieta de doña Barrera. Cabanillas iba al cruce portando una escopeta. Cuando abrió fuego, Moyano quiso refugiarse en la casa de su novia, por eso la mujer dejó el patio para ganar la calle e impedir que las balas ingresen a ese lugar sagrado que es la casa.
Moyano esperaba el ataque, quizá por eso estaba calzado: los testigos aseguran que sacó un revólver calibre 22 y disparó varias veces. Uno de las balas pegó en la pierna de Cabanillas, quien llegó al hospital Tránsito Cáceres y quedó detenido, imputado por homicidio calificado por uso de arma de fuego y lesiones.
Moyano también fue herido en las piernas por Cabanillas, y fue asistido en el Hospital de Urgencias, donde quedó detenido e imputado por las lesiones a Cabanillas y la portación ilegal del arma, que fue secuestrada por la Policía.
Un adolescente tomó la escopeta y buscó un remis trucho para huir. Pero la Policía lo detuvo: es Julián Aguilar (18), hijo de Cabanillas. Los testigos aseguran que estaba con su padre al comenzar el tiroteo y que tomó el arma para esconderla. También fue detenido e imputado.
La Guardia de Infantería copó la villa, pero se esperan coletazos.
