Marina Abulafia vuelve a actuar, luego de varios años bajo el escenario

La actriz, directora y productora sale de su zona de confort, las obras para niños, para meterse en un drama pesado: La maldecida de Fedra.

Marina Abulafia vuelve a actuar, tras varios au00f1os. Le da vida al drama
Marina Abulafia vuelve a actuar, tras varios au00f1os. Le da vida al drama

Marina Abulafia es todo lo que se puede ser en el teatro. Pero una parte de ella debió ceder protagonismo porque sus otras funciones, entiéndase dirección, producción y otras yerbas, así lo obligaron. Era la de ser actriz. Tras varios años sin asumir ese rol, el destino decidió volver a subirla al escenario para darle vida a La Maldecida de Fedra. La obra de Patricia Suárez tiene una nueva versión, bajo la dirección de Jorge Monteagudo. Será desde este jueves, a las 21, en El Cuenco (Mendoza 2063), con entradas a 150 pesos.

Consultada por Día a Día sobre cómo vive la previa a volver a subirse a un escenario, después de mucho tiempo, Marina contó: “Correrme del rol de actriz y ponerme en otro lugar hace que una vuelva a enamorarse porque lo vive con otra adrenalina. Me gusta la incomodidad, de vez en cuando. Es volver a hacer alianza con lo que uno hace. Hace más de 30 años que hago teatro para adolescentes, para niños, para bebés, para todos los roles habidos y por haber, desde la actuación, dirección y la producción. Pero hace cuatro años que no actúo; la última vez fue en una obra para chicos. Pero es otra cosa. En el teatro para niños prácticamente me autodirigí. Ahora, y con un director como Jorge, es un aprendizaje porque uno tiene que conciliar. Pero es un proceso hermoso”.

De todos modos, reconoció: “Estoy nerviosa por tener que ponerme frente a un público adulto. Al que tengo con los chicos ya lo manejo. Pero ponernos ese traje de incomodidad a todos nos hace bien, en algún momento. Tirarse así a la pileta es bueno”.

Hacer teatro en Córdoba significa tener que ir desde dirigir una obra hasta repartir los panfletos en las esquinas para que vaya el público. Todos esos roles fuera del escenario, ¿qué le dieron a la Marina actriz? “La experiencia en la gestión. Y en relación con la actriz, me fui encontrando de nuevo con aquella niña. Y eso es lindo. Pero acá lo que temo es encontrarme con el público adulto. Estoy acostumbrada a ese público inquieto, que sacude, que habla, que grita. Entonces verlo, de repente, tan quietito... Además, hago muchos roles y hasta hago de Marina, porque me auto opero en la obra. Esta es una obra extraña para contar un drama. Jorge tiene una asociación con la imagen, que incorpora a la obra. Y, como es tan dramática, le pone una visión distinta para alivianar al espectador”.

En función de todo esto, la consulta fue para el lado de si está frente a su mayor desafío. Tras unos segundos de meditación, explicó: “Lo lindo de mí es que cada cosa la amo como si fuera la primera vez. Todo tiene su encanto. Ahora todo está teñido por ese nervio. Pasado el estreno, podré disfrutarlo de otra forma. Acá hacer teatro es un desafío todos los días. Hay otros desafíos más duros. Estamos pasando un momento muy especial y económicamente lo primero que cae es el ocio, el entretenimiento, la cultura, la falta de apoyo. Estamos resistiendo y, como nunca, estamos muy unidos los teatreros para no morir en el intento. A más crisis, más teatro hace falta”.