ARA San Juan: el recuerdo de la familia del submarinista concordiense

El Teniente de Navío de la Armada Fernando Mendoza, oriundo de Concordia, era uno de los 44 tripulantes del submarino. Hoy su familia lo recuerdo con dolor y con la incertidumbre de no saber,a ciencia cierta, que fue lo que realmente ocurrió.

ARA San Juan Fernando Mendoza
ARA San Juan Fernando Mendoza

Se cumplen tres años del último contacto con el ARA San Juan; un año y medio después el submarino fue encontrado por una empresa privada, con toda su tripulación muerta, muy cerca del punto de desaparición, 600 kilómetros al Este de Comodoro Rivadavia y a 907 metros de profundidad.

Entre los 44 tripulantes que viajaban a bordo de submarino se encontraba Fernando Mendoza, Teniente de Navío de la Armada oriundo de Concordia. "Tres dolorosos años esperando verdad y justicia, estoy muy orgullosa de Fernando, mi hijo amaba lo que hacía, la Armada era todo para él, hacía 25 años que Frenando estaba en servicio y era muy feliz de su trabajo", recuerda su madre Raquel Colombani.

"Fernando se comunicaba con nosotros todos los días, por eso es más grande el dolor, porque me falta la voz de mi hijo". No obstante, reconoció a El Sol que "tengo la voz de mis otros hijos que se comunican todos los días, pero me falta la de Fernando".

Los padres de Fernando Mendoza
Los padres de Fernando Mendoza

El último abrazo

El ARA San Juan había Había zarpado el 13 de noviembre desde Ushuaia, con destino a Mar del Plata. Dos días después desde la tripulación reportaron un desperfecto y ya nunca más hubo comunicación.

"Antes de que se fuera de viaje nosotros lo fuimos a visitar, le di un abrazo y fue el último abrazo que le di. Antes de que se fuera en ese último viaje, yo le dije unas tres veces que no saliera en ese viaje porque eran 30 días y me parecía mucho, pero me contestaba que no podía, que él era el jefe de máquinas", cuenta Raquel.

Una sola pregunta

Las familias de los 44 tripulantes se preguntan, incluso después de tres años, que fue lo que pasó en ese lugar, a 907 metros de profundidad. "Fue una falla del hombre, nosotros conocimos por dentro y por fuera ese submarino, ese submarino más de 40 metros no se podía sumergir. Al sumergirse más de 40 metros el submarino reventó", explica Juan Carlos Mendoza, padre de Fernando.

El hombre reconoció además que "A veces nos ponemos a pensar que es lo que realmente pasó, cómo vivieron los últimos momentos, los últimos segundos, los últimos minutos, si fueron muertos por asfixia, si fueron muertos por envenenamiento por el ácido de las baterías, si murieron todos quemados o explotados, son muchas cosas las que pensamos".