Guerrero: "No es la ley civil la que debe reconocer o no una situación de esa naturaleza"

La diputada busca que el feriado del "Día del Milagro" sea reemplazado por el Día provincial de prevención de desastres sísmicos".

Guerrero manifestó la importancia de recordar que estamos viviendo en un estado laico.
Guerrero manifestó la importancia de recordar que estamos viviendo en un estado laico.

El feriado instaurado recientemente conocido como el "Día del Milagro" quedó en el centro de la polémica, y se presentó un proyecto para que sea renombrado y se lo rebautice como "Día provincial de prevención de desastres sísmicos", en conmemoración al 7 de septiembre de 2004 cuando un fuerte terremoto se produjo en Catamarca y no causó daños materiales ni hubo muertos.

La diputada provincial Cecilia Guerrero es la que impulsa este cambio y explica los motivos. "Esa fecha debe aprovecharse para ser utilizada en tareas de concientización y prevención de la ciudadanía, para que aprendamos como debemos actuar ante un hecho de esta naturaleza a sabiendas de que Catamarca es una zona de riesgo sísmico", afirmó.

"Entendemos que la población de Catamarca está integrada por ciudadanos que profesan distintos tipos de creencias o que no tienen creencias religiosas. De manera tal, desde el Estado, no puede obligarse a quienes no profesan un culto determinado por más mayoritaria que sea, a través de las escuelas y otras actividades, que profesen el agradecimiento a una advocación de la Virgen, que en el caso de Catamarca es la Virgen del Valle", agregó.

Guerrero también quiso alejarse de la polémica y dijo que no se trata para nada de un ataque hacia la fe católica. "Nosotros respetamos absolutamente todos los credos y también a aquellos que no profesan credo alguno. Entendemos que la ley civil no es la vía adecuada para determinar que un determinado suceso sea considerado o no como un milagro, porque en definitiva los milagros son una cuestión de fe. Aún en el caso de que la Iglesia si lo considerara y lo declarara como un milagro, a través de los mecanismos clericales pertinentes, no es la ley civil la que debe reconocer o no una situación de esa naturaleza", manifestó.

"Si la Iglesia o algún miembro de ella se siente afectado, no estarían comprendiendo el espíritu del proyecto, porque no procura faltar el respeto a nadie" concluyó en diálogo con El Esquiú.