Trabajaban desde sus hogares y gracias a un concurso lograron potenciar sus emprendimientos

Tres historias de vida de emprendedores de Los Piletones que lograron armar negocios rentables.

Gonzalo Delgadillo Torres, 44 años, casado, con dos hijos y de profesión zapatero. (GCBA)
Gonzalo Delgadillo Torres, 44 años, casado, con dos hijos y de profesión zapatero. (GCBA)

Trabajaban desde sus hogares y gracias a un concurso del Gobierno porteño pudieron acceder a un espacio propio para potenciar su negocio.

Desde el Sur de la Ciudad de Buenos Aires, sus historias son el reflejo del espíritu de un barrio emprendedor, Los Piletones, que busca oportunidades a partir del trabajo y del esfuerzo.

Hace cinco años Gonzalo Delgadillo Torres (44 años, casado, con dos hijos), de profesión zapatero, y para Juan Martínez (51 años, casado, con dos hijos), que siempre realizó estampados textiles, ganaron un concurso de la Corporación Buenos Aires Sur pudieron acceder al Centro de Apoyo Productivo, lugar que les permitió incubar su proyecto.

Los emprendedores se instalaron y pudieron contar con la comodidad que necesitaban para potenciar sus negocios: recibieron capacitaciones para ampliar sus conocimientos, incorporaron nueva maquinaria y hoy ya emplean a otras personas ante la demanda de sus productos.

"No teníamos un lugar físico para poder trabajar. Fuimos seleccionadas seis personas entre 60 participantes. En el transcurso de los años nos dieron capacitaciones, internet, ventas, un montón de cosas que supimos aprovechar y tenemos gracias a Dios el espacio y el emprendimiento trabajando", explica Gonzalo, responsable de Calzados Brisal.

En tanto, Juan, con su emprendimiento Juatinez de serigrafía en tela, contó cómo, con la incubación de su proyecto, pudo mejorar el negocio.

“Cambió mucho porque en mi casa todo estaba amontonado, ahora estoy más ordenado y eso hace que haya menos accidentes. Nos enseñaron cómo ser un buen emprendedor, marketing, control, saber llevar las cuentas, cómo cobrar un producto", explicó Juan.

Y agregó: "Los cursos te sirven para crecer más afuera, te enseñan cómo ir y hablar, conversar y buscar más clientes, usar internet, hacer las tarjetas. A veces uno no tiene las herramientas, por la ignorancia misma, porque uno no tiene los estudios necesarios".

En 2017, se sumó Nelson Choque (35 años, en pareja, con dos hijos), que fabrica fundas para trajes y bolsas publicitarias de friselina, entre otros múltiples artículos que ofrece Miken Packs, los que vende por pedidos y ofrece también por internet. "Al estar acá me pude expandir, agarrar trabajos más grandes. Además tienen una mesa de corte que es espectacular, así que me facilita todo", destacó.

Por su parte, Gonzalo, que hace todo tipo de calzado para los más chicos junto a su mujer Silvia, contó con mucho orgullo el hecho de poder emplear a otras personas.

"Antes no sabíamos qué iba a ser de nuestra vida, con nuestra profesión de zapatería. Ahora es una satisfacción, porque tenemos gente trabajando, son ocho familias que dependen de nosotros. Estamos haciendo algo por otras personas y a la vez estamos creciendo todos", afirmó.

Y concluye: “Cuando uno quiere trabajar, quiere salir adelante, Dios lo ayuda, uno hace las cosas bien y vuelven bien de por sí. No hay que tener maldad, no hay que pensar mal de las otras personas, porque todo regresa”.

Más información: Centro de Apoyo Productivo. Barros Pazos al 3700, Barrio Los Piletones, Villa Soldati- Tel: 4919-6016- cap@cbas.gov.ar