Hendler, en la piel de un maravilloso insoportable

En su regreso al off, Daniel Hendler está brillante en El inestimable hermano, de Heidi Steinhardt, obra en la que compone a un ser tan insufrible y verborrágico como macabro. Un papel que marcará una bisagra en su carrera. 

Hendler 3
Hendler 3

Por Javier Firpo (jfirpo@larazon.com.ar)

Se trata de la mejor actuación de Daniel Hendler en los últimos años. No deja de ser un comentario subjetivo, particular y discutible. Sin embargo, el uruguayo desarrolla una magistral lección emocional y física en "El inestimable hermano", la obra de Heidi Steinhardt.

Últimamente a Hendler lo hemos visto en cine, en "El otro hermano", junto a Leo Sbaraglia, y en las obras "Traición" y "Cotidianidad y éxtasis", esta última del teatro off, como sucede en "El inestimable...", que se exhibe en Espacio Callejón. Aquí Hendler sorprende con un desafío distinto a lo que le conocemos, a ese ritmo entre anodino y abúlico del que ha hecho una marca registrada... y artística.

Gran mérito de la multidisciplinaria Heidi Steinhardt -además de autora y directora, es actriz y vestuarista-, que sacude esa aparente modorra del actor para sonsacarle fuego, vehemencia y verborragia cautivantes, que lo adueñan prácticamente de un escenario que comparte con Natalia Salmoral, una actriz que con su minimalismo y larguísimos silencios contribuye y mucho para el lucimiento de Hendler.

“El inestimable hermano” tiene en escena a Inés (Salmoral) y Bernardo (Hendler), hermanos que están en la casa de sus padres ya fallecidos, armando la fiesta sorpresa por el cumpleaños de Fabio, el hermano del medio. Pero pasan las horas y Fabio no llega, lo que potencia la ansiedad, hiperkinesis y locuacidad de Bernardo, quien no puede con su alma ni sabe cómo llamar la atención de una Inés silenciosa y pacientemente, que parece estar a punto de estallar ante el frenesí de este “monstruo de mil cabezas”, como definiría el propio Hendler.

Es que en buena parte de esta tragicomedia, Bernardo lleva a cabo una catarsis, entre macabra y siniestra, pero también risueña, que lo induce a decir en un mismo tono las peores cosas a su hermana, tomando como propio el oscuro discurso de su madre. Sus palabras resultan lacerantes para la humanidad de Inés, quien estoica resiste, pero también acumula. Ella percibe que Fabio no vendrá al agasajo al que Bernardo le pone demasiadas fichas. Hay una sospechosa e interesada generosidad del anfitrión para recibir al cumpleañero quien, con el paso de las secuencias, sabremos que ha podido escapar de las fauces de unos padres con escasa reputación.

Con su mutismo gestual, Inés exterioriza amargura y desazón, arrastra un pesado lastre y por momento asoma cierta crispación ante el no registro de Bernardo. "Mamá me dijo que me quería más a mí y que esta casa es mía". De este calibre y peores son las frases que escupe Bernardo. Claro, él no advierte que está escupiendo kerosene a la inflamable Inés. Hay que remarcar la intensidad de la obra, gracias a ese triángulo perfecto que integran Steinhardt-Hendler-Salmoral.

Heidi propone una de esas tragicomedias que te "rompen la cabeza" a partir de todo lo que se puede ocultar detrás de una relación de hermanos. Salmoral, menos conocida, alcanza una sobriedad y convicción que invita a seguirle los pasos. Mientras que la ovación se la lleva Hendler, que sale vencedor de una apuesta distinta -como es encarar a este desinhibido personaje-, que marcará un punto de inflexión en su ya sólida carrera.

​El inestimable hermano

Comedia dramática. ​Dramaturgia y dirección: Heidi Steinhardt. Con Daniel Hendler y Natalia Salmoral. Viernes, a las 22.15, en Espacio Callejón, Humahuaca 3759. Entradas: $220. Duración: 90 minutos.