Un pianista en situación de calle emocionó a todos en el Monumental

Carlos Suizer es un eximio músico que perdió su empleo y su hogar. El miércoles pasó la noche en el Club Atlético River Plate y deleitó a los presentes con sus interpretaciones.

Un pianista en situación de calle emocionó a todos en el Monumental
Un pianista en situación de calle emocionó a todos en el Monumental

El miércoles, más de 100 personas en situación de calle pasaron la noche en el estadio Antonio Vespucio Liberti, del Club Atlético River Plate. Uno de los presentes le puso calor a la jornada más fría del año y conmovió a todos.

A través de Red Solidaria y River Solidario, la gente en situación de calle pudo comer, abrigarse y dormir "bajo un techo". Uno de ellos, llamado Carlos Suizer, se sentó en un piano abandonado que había en un sector del garage y deleitó por un largo rato con su música.

Carlos es oriundo de la provincia de San Juan y pianista desde los 4 años. El hombre comentó a Crónica que "estuve tocando por tres horas y me lastimé las manos, pero fue un placer compartir esta noche con tantas personas que sufrieron este frío asesino, y darle calor con la música aunque sea por esta noche".

Sobre la difícil situación que vive, contó: "Soy pianista y necesito ayuda, porque me quedé en la calle hace 14 días. Hay gente a la que le gusta vivir en la calle, pero yo la odio con el alma, creo que lo que perdí fue porque me lo gané y por eso pasar esta noche fue un sufrimiento senil".

Consultado sobre su familia, el hombre relató que tiene "dos hijos, uno es empresario en San Juan y la otra, que hace muchos años no veo, vive en México. Tengo un hermano y vengo de uan familia importante de San Juan, ya que mi padre fue cardiocirujano y mi mamá licenciada en filosofía y letras, de hecho mi familia fue fundadora de la localidad de Jachal, pero por culpa mía terminé en la calle, tenía una pareja maravillosa, me vió en un momento flaco de mi vida y me tuve que ir del lugar donde vivía".

Y agregó: "Gracias Red Solidaria y River pude pasar una buena noche, apenas llegué me dieron mantas, campera y pullover para pasar la noche más fría del año bajo techo. En un momento comencé a caminar y vi un piano abandonado y lastimado de media cola grande, me senté y comencé a tocar".