Durante la propagación de la pandemia en Argentina, algunos comercios debieron cerrar o transformarse para poder abrir luego del aislamiento. Es el caso de Adrián Dannemann y su agencia de turismo en Bariloche, a la que reconvirtió en una empresa de desinfecciones para poder sobrevivir.
"Creo que en este momento lo mejor es luchar contra el virus. En vez de simplemente pedir subsidios y quedarnos pasivos prefiero hacer algo de manera activa y asegurarles a los turistas que cuando se levanten las restricciones y puedan venir, todas las instalaciones que ofrece la ciudad van a estar desinfectadas y seguras para ser disfrutadas", reconoció el hombre al diario La Nación.
El barilochense reunió a su equipo de trabajo, en el que se encuentran un capitán de barco que realiza las excursiones, y especialistas en sanidad, para así comandar al grupo de 25 personas que luchan contra COVID-19 en la localidad.
"La desinfección la hacemos con amonio cuaternario, diluido al 1 por ciento, con fuerte poder para exterminar al virus y con poder residual de más de tres días en el lugar desinfectado , dependiendo de las condiciones ambientales", advirtió.
Los oriundos de Bariloche salen a las calles como ropa adecuada, máscaras protectoras y pulverizadores al hombro para desinfectar de manera gratuita los rincones de la ciudad. Merenderos y centros comunitarios fueron los primeros en recibir la ayuda, que se extenderá a hoteles, restaurantes y comercios que los contraten.