Lo que se vivió este sábado, cuando debía disputarse la final de la Copa Libertadores entre River Play y Boca Juniors, que terminó suspendida luego de un ataque al micro en el que el plantel de Boca se acercaba al monumental, fue dramático.
El chofer que trasladaba al equipo, conocido como "El Gringo", se desvaneció justo luego del ataque y soltó el control del volante, algo que podría haber terminado en tragedia. Así relató lo que sucedió dentro del vehículo cuando se produjeron los incidentes: "El vicepresidente de Boca Horacio Paolini agarró el control del micro hasta que reaccioné de vuelta y traté de hacer lo posible para traer a los muchachos a salvo acá [al Monumental]".
El encargado del vehículo reconoció: "Si Paolini no tomaba el volante pudo haber sido una tragedia. Cuando vi la piedra ya no recordé nada, hasta que manoteé el volante de vuelta y dije 'Estoy bien". Pero fue un segundo, como que me quedé sin aire".
Además, El gringo afirmó, según citó el diario La Nación: "Lo peor fue cuando doblé en Lidoro Quinteros y Libertador. Ahí fue un ataque masivo. Después, cuando pasamos la rotondita, parecía que nos esperaba un ejército, como en una zona liberada. Vinimos a un partido de fútbol, no a una guerra".