Superclásico y bullying: cómo afectan a los chicos las burlas por fútbol

Parece algo inofensivo, pero las "cargadas" por el fútbol pueden ser muy angustiantes para los chicos. ¿Cómo distinguir cuándo es un chiste y cuándo es bullying?

Pequeños hinchas de boca, de festejo. (WEB)
Pequeños hinchas de boca, de festejo. (WEB)

Cada vez que Boca o River pierden un partido, el lunes siguiente hay un ruego que escuchan muchísimos mamás y papás: "dejame faltar al colegio". No es exactamente la tristeza de ver perder a su equipo la que los desmotiva: es el bullying,

El acoso escolar no es algo que pueda tomarse a la ligera, ya que afecta psicológicamente a los chicos, perjudicando su educación y dañando a largo plazo su autoestima.

Niños hinchas jugando un partido amistoso (AFP)
Niños hinchas jugando un partido amistoso (AFP)

Flavia Acosta, maestra de tercer grado del colegio Nueva Escuela 2000, decidió utilizar el tema del superclásico River-Boca por la final de la copa libertadores para hablar del tema con sus alumnos, ya que escuchó un comentario preocupante: "el que gana le hace bullying al que pierde".

"Me pareció una buena oportunidad para conversar sobre el tema con ellos. La posibilidad de poder disfrutar del proceso de la competencia más allá del resultado, el respeto hacia los demás, la importancia que le dan a la victoria o al fracaso y cuáles son las actitudes que pueden molestar al otro", resumió la docente.

Tristeza: su equipo perdió en una importante fecha. (EFE)
Tristeza: su equipo perdió en una importante fecha. (EFE)

¿Cómo hacer que el deporte sea una fiesta, y no una excusa para que los más chicos se maltraten unos a otros? Para la psicóloga Ileana Berman, consultada por el diario La Nación"los adultos primero tenemos que poder entender que esto es un deporte, que no se juega la vida de nadie, que muchas veces se gana y otras se pierde y que los extremos y el fanatismo desmedido nunca son buenos".

Los chicos copian las actitudes de los mayores, y si el día siguiente a un partido no dejan de acosar a un compañero del equipo perdedor, es porque tal vez vieron esa misma actitud dentro de su familia o entorno. Por eso, un consejo viejo pero siempre efectivo es primordial para revertir esta situación: actuar como nos gustaría que actúen los chicos, porque los adultos somos su ejemplo a seguir.