Iván Duque asumió como flamante presidente de los colombianos

Desde el mediodia la posesión del mando arrancó en la Plaza de Bolívar con una presentación cultural "que simboliza el mensaje de unión entre los colombianos, que es una de las tareas que se ha propuesto el mandatario entrante. Para ello, harán sus presentaciones agrupaciones musicales y de danza de todas las regiones del país", según el comunicado de prensa de Duque. Media hora después se realizó una presentación con los tres pilares del plan de gobierno:"legalidad, emprendimiento y equidad".

Frente al Capitolio, sobre una tarima especial se ubicaron los jefes de Estados de otros países. El Presidente y la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, acompañados de sus familias, marcharon desde la Cancillería hacia Plaza de Bolívar, donde se realizó el acto protocolario a las 15 hs, con la toma de juramento al nuevo jefe de Estado, imposición de la banda presidencial y el discurso.

La posesión, de hecho, coincidió con varias concentraciones en distintas ciudades del país, citadas por el ex candidato presidencial de izquierda Gustavo Petro, a nombre de su iniciativa política Colombia Humana, en protesta por los asesinatos sistemáticos de líderes sociales y de los incumplimientos al Acuerdo de paz.

Con flores, vestidos de blanco y banderas tricolor, cientos de opositores del gobierno que tomó posesión en Colombia, se manifiestaron en plazas públicas exigiendo que proteja a los activistas y el acuerdo de paz.

Es una protesta "para luchar por la paz, por la vida y por la justicia social", dijo el senador izquierdista Gustavo Petro, que fue derrotado por Duque en el balotaje del 17 de junio, en un mensaje en su cuenta en Twitter.

Por ello la Policía diseñó un plan, exigido por el mismo presidente electo, para garantizar el normal desarrollo de las marchas. Solo en Bogotá estarán 4.200 uniformados distribuidos en la Plaza de Bolívar, hoteles, terminales aéreas y corredores de movilidad velando por la seguridad de los colombianos y los invitados extranjeros.

Se extremaron las medidas de seguridad, entre las que se encuentran la prohibición de la Aerocivil acerca de la operación de drones cerca de la Plaza de Bolívar y Casa de Nariño y más de 8.500 policías estarán dispuestos en el dispositivo en el Centro y en las rutas de desplazamientos de invitados especiales.

La ceremonia se llevó a cabo en el frente del Capitolio Nacional y los invitados especiales, entre ellos 10 jefes de Estado, así como las delegaciones internacionales​ que llegaron para el evento, fueron ubicados en la mitad de la plaza.

Posteriormente, Iván Duque se desplazó hasta la Plaza Núñez, donde –en ceremonia militar- pasó revista a las tropas para tomar el mando como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Colombia. Allí lo esperaba, en la entrada principal de la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, el presidente saliente Juan Manuel Santos y su familia, para darle la bienvenida a la sede presidencial.

Luego se llevó a cabo, en el Salón Amarillo de la Casa de Nariño, el acto del saludo protocolario a las delegaciones, también conocido como 'besamanos'. Finalmente puso en su cargo a los ministros y a sus secretarios del despacho, al igual que a otros altos funcionarios de gobierno.

El traje que usó el jefe de Estado entrante fue diseñado por Ricardo Pava mientras que la banda presidencial fue bordada en hilos de oro, plata y sedas finas por las manos de dos mujeres, Fanny Cifuentes y Fanny Gutiérrez, oriundas del municipio cundinamarqués de Choachí.

Desde el pasado fin de semana comenzaron a arribar algunas delegaciones extranjeras. Los primeros en llegar fueron la vicepresidenta de Paraguay, Alicia Pucheta de Correa, y su canciller, Eladio Loizaga.

Otro personaje mundial que asistió es Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución en la que Duque desarrolló más de 10 años de trayectoria. Los expresidentes de España, Felipe González, y de Chile, Ricardo Lagos, también llegaron con antelación.

Además, asistieron a la ceremonia el presidente actual de México, Enrique Peña Nieto, en lo que será uno de sus últimos eventos diplomáticos antes de entregar el poder el 1 de diciembre al recién electo Andrés López Obrador, el primer ministro de Curazao, Eugene P.H. Rhuggenaath, los presidentes, Evo Morales de Bolivia, Sebastián Piñera Echenique de Chile, Mauricio Macri de Argentina, Lenín Moreno Garcés de Ecuador y Juan Carlos Varela de Panamá.

Otros presidentes presentes fueron  Juan Orlando Hernández de Honduras, Danilo Medina Sánchez de República Dominicana, Carlos Alvarado Quesada de Costa Rica y Jimmy Morales de Guatemala.

Por el gobierno de Donald Trump asistió Nikky Haley, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas; el embajador en Colombia, Kevin Whitaker; el alcalde de Miami, Francis Suárez; y la subsecretaria de Estado para Narcóticos, Kirsten Madison. Y otros altos directivos se unirán a ellos como el expresidente de Perú, Alan García; el presidente Ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Luis Carranza Ugarte; y el presidente del Parlamento Andino, Hugo Quiroz Vallejo.

Tras recibir la banda presidencial en medio de la lluvia y un fuerte viento, Duque dio un discurso de 53 minutos en el que tuvo un tono conciliador y anunció las primeras medidas de su Gobierno, que irá hasta el año 2022.

Al referirse al acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Santos y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Duque dijo que está a favor del desarme y la desmovilización de los grupos guerrilleros, pero que es necesario corregir cosas que no se han hecho bien.

Específicamente se refirió a la forma en que se ha implementado dicho acuerdo de paz, que desde que se firmó, en noviembre de 2016, ha tenido algunos retrasos, atribuidos principalmente a la falta de acción del Estado.

El nuevo presidente señaló que su principal preocupación estará en la atención a las víctimas del conflicto, para que en el marco del acuerdo tengan derecho a la verdad, la justicia, la reparación moral y económica.

En el caso de la negociación con el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que empezó en febrero del año pasado en Ecuador y se trasladó hace algunos meses a Cuba, dijo que hará un análisis durante los primeros 30 días de su Gobierno para tomar decisiones.

"Pero quiero dejar claro que un proceso creíble debe cimentarse en el cese total de acciones criminales con una estricta supervisión internacional", advirtió Duque.