La cumbre Trump - Kim Jong Un: el largo camino hacia la paz

Los mandatarios tuvieron su primera reunión, un gran paso para un acuerdo duradero. Kim apoyó la "desnuclearización completa" y Trump prometió "garantías de seguridad" para la zona.

Kim Jong Un y Donald Trump en el hotel Capella, en Singapur. (AFP)
Kim Jong Un y Donald Trump en el hotel Capella, en Singapur. (AFP)

Todas las miradas estaban enfocadas en dos hombres: Donald Trump -presidente de Estados Unidos- y Kim Jong-un, su par norcoreano. Más de cinco mil periodistas acreditados siguiendo de lejos la reunión y la ausencia de asesores en la misma fueron los datos claves que acompañaron la jornada.

Singapur marcó el escenario de este encuentro donde, finalmente, se rompió el hielo acumulado desde hace setenta años y el ostracismo internacional de Corea del Norte. Aunque no es tan sencillo y plano el proceso de desarme de armas nucleares, según el diario El País de España, para el régimen de Corea del Norte "el arsenal es el seguro de vida y queda por demostrar su real intención de deshacerse de ello".

Pero para la imagen de Trump es muy positiva la foto del primer choque de manos con Kim, y él lo sabe. Corea del Norte, por su parte, indicó a través de su agencia estatal KCNA, que se abordarán "puntos de vista amplios y profundos para relanzar las relaciones, parte de una era que ha cambiado". Ambos intuyen que el proceso de desarme será un largo, consensuado y a futuro. Luego de los flashes y las fotos, todos saben que el trabajo será arduo. La incógnita sobre humores, egos y voluntades queda pendiente. Pero sí es cierto que tanto Kim como Trump pusieron lo mejor de cada uno para la reunión.

Kim Jong Un y Donald Trump en Singapur luego de la histórica cumbre. (AFP)
Kim Jong Un y Donald Trump en Singapur luego de la histórica cumbre. (AFP)

Lo que espera Kim Jong-un a partir de ahora son garantías concretas y de legitimación. Según señaló el secretario de estado Mike Pompeo en rueda de prensa "estamos dispuestos a ofrecer garantías de seguridad diferentes, distintas con respecto a lo que a Estados Unidos ha hecho en el pasado". Sin más datos, seguramente lo que espera Kim es un gesto difícil de obtener: la reducción de soldados del ejército estadounidense apostados en la zona. Es que Corea del Sur y China también están pendientes de los próximos movimientos. En el caso de Corea del Sur, espera que el retiro de tropas no se efectivice, por su seguridad. China, por otra parte, confía en que su dominio sobre Corea del Norte permanezca a salvo, más allá de los posibles acercamientos entre Trump y Kim Jong-un.

Por delante, quedan los trabajos y reuniones entre el secretario de Estado, Mike Pompeo, y los altos funcionarios norcoreanos. El tiempo demostrará –o no- los beneficios de este acuerdo.