En una jornada sumamente convulsionada en la que se realizó parcialmente el referéndum por la separación que propone Cataluña, varios de los efectivos de la Policía autonómica catalana se pusieron a llorar por la violencia y la represión que llevó adelante la Guardia Civil contra las personas que intentaban votar.
Los Mossos d'Esquadra sólo se presentaron en los lugares donde se votaba y no ejercieron la fuerza. Varios de ellos no pudieron ocultar su angustia, se abrazaron y derramaron lágrimas.
Si bien tenían la orden de desalojar y precintar los centros de votación, pero se limitaron a presentarse en los colegios y no cumplieron las órdenes.
A raíz de esto, los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil enviados por el gobierno de Mariano Rajoy, que se enfrentaron y reprimieron a los manifestantes, en incidentes que terminaron con cientos de heridos.