Los peritos de la Gendarmería que investigan la muerte de Alberto Nisman afirmaron que el fiscal sufrió una "muerte violenta" y que se trató de "un homicidio". Sus conclusiones fueron entregadas en un informe para el fiscal Eduardo Taiano, a cargo de la investigación.
"Los integrantes de esta junta interdisciplinaria de Gendarmería Nacional se encuentran en condiciones de concluir que la muerte violenta de Nisman se trató de un homicidio", escribieron los peritos en el informe de 388 páginas, según publica Infobae.
Según los 28 peritos, a Nisman lo mataron dos personas: una lo sostenía con su rodilla derecha en el piso y otro le disparó en la cabeza. Previamente fue dormido con ketamina y le quebraron el tabique de la nariz, las piernas y le causaron una hemorragia en el hígado.
Sobre la ketamina, los peritos no pudieron determinar si fue administrada por vía oral o inyección, ni qué cantidad tenía. Asimismo, señalaron que Nisman no tenía espasmo cadavérico (la posición rígida en la que quedan las manos después de un autodisparo) debido a la agonía que sufrió antes de morir.
Estos resultados se contradicen con los del Cuerpo Médico Forense (que señaló que Nisman tenía el taquibe indemne, espasmo cadavérico y ausencia de ketamina) y del informe de la junta criminalística de la Policía Federal (que afirmó que no había indicios de terceras personas en el baño del departamento de Nisman).