Hace ocho años que los padres de Sofía Herrera, la niña fueguina que desapareció de un camping, la buscan.
Sin embargo, en ese proceso, se encontraron señalados por una vidente, Verónica Antonia Contreras de los Santos, que públicamente los hostigó y acusó de haber matado y enterrado a la niña en el fondo de su casa en la ciudad de Río Grande.
Contreras de los Santos utiliza las redes sociales, los medios de comunicación y hasta llegó a organizar un escrache público el año pasado, cuando se cumplió el octavo aniversario de la desaparición de la niña, para culpar a María Elena Delgado y Fabián Herrera de supuesto homicidio de la pequeña.
La repetición de este tipo de actos llevó a la Justicia a iniciar una causa penal contra la vidente y establecer una orden de restricción que le impedía acercarse al domicilio de la familia Herrera.
Sin embargo, la presión sobre los padres debido a la reiteración de mensajes por la red social Facebook, que nunca cesaron, llevaron a que Delgado y Herrera aceptaran que se cave un pozo en el fondo de su vivienda, delante de periodistas invitados, para demostrar que allí no estaba el cuerpo de su hija.
El procedimiento se realizó el último 9 de agosto sin supervisión judicial ya que nunca hubo indicios como para ordenar esa medida, cuyo resultado fue que no se encontró nada en el sitio señalado por la vidente.
Mientras tanto, el Poder Judicial concluyó dos informes periciales sobre la salud mental de Contreras de los Santos, que motivaron su declaración de "inimputabilidad".
El juez de instrucción Daniel Cesari Hernández, actualmente a cargo de la investigación, aseveró que la vidente sufre "una alteración morbosa de sus facultades mentales, lo cual le impide comprender la criminalidad de sus actos y actuar en consecuencia".