La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) le recomendó al Gobierno reemplazar al Boeing 757 que prestó servicio como avión presidencial hasta diciembre de 2015 por un Boeing 737 fabricado en 2007, con configuración ejecutiva y un valor cercano a los 50 millones de dólares.
La sugerencia fue en respuesta al pedido del gobierno argentino que había solicitado a la OACI que seleccionara un avión con espacios de trabajo y descanso para las comitivas oficiales y mayor autonomía que el 757/200, que hasta diciembre del año último llevó la denominación "Tango-01".
El Boeing 737/75G está equipado con un sistema de tanques auxiliares de combustible para extender su alcance hasta casi los 11.000 kilómetros (la distancia aproximada entre Buenos Aires y Madrid), equivalente a una autonomía de once horas y media de vuelo. Así, el posible nuevo avión presidencial aventaja al 757/200, que tiene un alcance de poco más de 8.000 kilómetros. Además, el 757 requiere un mayor largo de pista para operar, lo que lo hacía imposible aterrizar en muchas pistas del interior del país o regionales.