Los investigadores que trabajan en el crimen de Anahí Benítez afirmaron que -ahora- el foco está puesto en los registros telefónicos y en el círculo íntimo del principal sospechoso y único detenido: Marcos Esteban Bazán.
Para los investigadores, no pudo haber actuado solo. La hipótesis surgió a partir del recorrido que hizo Bruno, el perro rastreador que marcó primero la casilla donde vivía el acusado y después, el lugar donde encontraron enterrado el cuerpo de la adolescente de 16 años. Se trata de un trayecto de por lo menos 300 metros en el que no se detectó ningún signo de arrastre.
Ese indicio llevó a los peritos a especular con la existencia de una segunda persona, con auto, que podría ser el autor material del crimen. Ese individuo, según la hipótesis, podría haber recurrido a Bazán para que lo ayudara a trasladar el cuerpo. En ese sentido, una de las claves para el avance de la causa será la declaración de nuevos testigos.
En las últimas horas además, se descartó la teoría que había sugerido el abogado del detenido, Lucio de la Rosa. El letrado había manifestado que Anahí "tenía pérdida de conocimiento, pero no había muerto" al momento de ser semienterrada. El informe definitivo de la autopsia reveló que sería imposible que la menor hubiera sido enterrada con vida ya que, aunque tenía "tierra en la lengua", no había rastros en los pulmones.