Gonzalo Tanoira, vicepresidente de la empresa San Miguel y director del Grupo Peñaflor, fue designado esta semana como presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) hasta 2023.
Este empresario de 50 años, casado hace veintinueve y padre de siete hijos, es uno de los hombres de negocios que pide una salida más dinámica de la cuarentena, porque –advierte- las empresas la están pasando "muy mal" y "el desempleo está aumentando".
En una entrevista con Vía País, Tanoira analiza la situación económica, habla de la relación con el Gobierno y expresa su preocupación por la falta de precisiones oficiales acerca del futuro de la cuarentena que hoy tiene cerradas a cientos de miles de empresas.
¿Qué percepción tiene de la situación de la Argentina en este contexto?
Estamos en una situación muy compleja sin similar en el pasado de la Argentina. Es una crisis económica de esta magnitud asociada a una pandemia en la que la vida de mucha gente está en riesgo no se ha visto nunca. Esto en medio de una crisis mundial que impactará de lleno en todo lo que tiene que ver con exportaciones, turismo, baja de consumo global.
¿Qué opinión tiene de las decisiones tomadas por el Gobierno desde que se declaró la pandemia?
Creo que el Gobierno tomó buenas decisiones al principio cuando decretó la cuarentena. Tuvimos la suerte de poder anticiparnos a lo que estaba pasando en Europa, con lo que se evitó que llegara con la misma virulencia. Pero bueno… ya tuvimos esa ventaja, ahora tenemos que empezar a mirar hacia adelante para ir retomando la vida normal.
¿Está planteando el levantamiento más acelerado de la cuarentena?
Ningún país puede mantener una situación de parálisis en el largo plazo. No podemos quedarnos todos en nuestras casas ‘hasta que esto pase’. Llega un momento en el que tenemos que salir a producir. Hay que establecer los protocolos e ir reactivando todo lo que se pueda para que la economía inicie una fase de recuperación que será por demás difícil.
¿Tienen los empresarios la sensación de que el Gobierno no tiene un plan claro de salida y que va viendo semana a semana?
El Gobierno no está anticipando lo suficiente cuáles son los planes. Se observa que van viendo semana a semana, cuarentena tras cuarentena. No está comunicando un plan detallado acerca de cómo va a ser la salida. Y esto genera preocupación, por lo que junto a colegas iniciamos el Grupo Resetear.
¿En qué consiste específicamente ese grupo?
Es un grupo que yo empecé en Whatsapp. Empecé a reunir allí empresarios que coincidíamos en que había que hacer algo para darle herramientas al Gobierno para que vaya planificando la salida, sobre la base de lo que estábamos analizando de lo ocurrido a nivel mundial en este contexto de pandemia.
¿Cuántos empresarios son en ese grupo?
Yo lo armé y fui poniendo a todos como administradores para que cada uno sumara a personas que pudieran aportar ideas. Rápidamente se sumaron empresarios, ingenieros, médicos, científicos, economistas. Y se fueron armando subgrupos que alcanzaron más o menos las 700 personas. Nos dividimos en capítulos, según temas puntuales: economía, salud, barbijos, aislamiento, entre otros. Finalmente fueron como diez grupos que crearon un primer documento de 53 páginas, que explayó los lineamientos de por qué y cómo había que salir de la cuarentena.
¿Y en qué medida lo que dice ese documento se fue comprobando en la realidad?
Bueno, fuimos los primeros que alertamos lo que iba a pasar en los geriátricos, debido a la población de alto riesgo que allí vive. Y hace poco sacamos un documento que explica las razones por las cuales sería un error para el país caer en un nuevo default (el noveno de la historia). Todo lo hice junto a muchísima gente con espíritu de colaboración, no de crítica. Resetear sigue su curso y yo me aparté porque tengo que abocarme completamente a ACDE.
¿Qué estaría faltando, consideran ustedes, para que el Gobierno relaje más la cuarentena?
El Gobierno tiene todas las herramientas para salir ordenadamente de la cuarentena. Es una cuestión de establecer las reglas y después hacerlas valer. Por ejemplo: uso obligatorio de barbijo o tapaboca en la calle. Algunas provincias lo decretaron, otras no. Está probado a nivel mundial que esto ayuda a ralentizar el contagio. No entiendo qué está haciendo el Gobierno que no lo decreta. Esto es algo relativamente fácil y hay que hacerlo.
¿Cuán rápida tiene que ser la salida de la cuarentena?
Hay que echar a andar la economía de vuelta. No podemos estar en nuestras casas. Hay gente que la está pasando muy mal. El desempleo está subiendo. Va a haber hambre en muchos lugares. Y sobre todo en la población infantil. Cuando sube el desempleo empieza a subir muchísimo el hambre en los menores de cinco años.
¿Ve un escenario de corto plazo con quiebra masiva de empresas y disparada del desempleo?
Muchas empresas la van a pasar muy mal. El Gobierno ha establecido medidas para mitigar el impacto de la situación en las empresas como el pago de sueldos y la demora en el pago de algunos impuestos. Esos son paliativos, porque ninguna empresa está preparada para que sus ventas bajan a cero. Las empresas están preparadas para que las ventas suban y bajen, pero no para cerrar por tiempo indeterminado y aun así seguir afrontando salarios, impuestos, pago de servicios, entre otros compromisos fijos. Hay muchas empresas que ya han quebrado de hecho.
¿Cuál es el pedido específico para el Gobierno?
Lo que yo le pido al Gobierno es que encuentre los mecanismos para que esas empresas no pierdan el espíritu emprendedor que las llevó a tener esos emprendimientos. Porque la Argentina vive de lo que produce. Es el sector privado el que produce la riqueza. El sector público es el que administra y la redistribuye. Lo que hizo grande este país es el emprendedorismo de muchísima gente. Y esto hay que cuidarlo, es responsabilidad del Gobierno cuidarlo.
¿Cómo ve el escenario pospandemia? ¿Prevé que la recuperación económica será rápida?
Yo no veo una recuperación rápida. Hay gente hablando de una “V” corta. Yo no lo veo así. Estamos viendo desempleo récord en los Estados Unidos (más de 36 millones de personas han pedido seguro de desempleo). Acá, en la Argentina, también hay mucha gente que se está quedando sin trabajo, aunque con los despidos suspendidos por decreto presidencial. La gente se está quedando sin trabajo porque las empresas se funden o porque los mismos emprendedores se quedan sin sus emprendimientos. La pospandemia va a ser complejísima.
¿Qué lectura hace de las ganancias que están registrando los mercados bursátiles del mundo en medio de esta pandemia?
El mercado de valores ahora está registrando ganancias porque la Bolsa siempre se anticipa y compra a precios bajos, tras las fuertes caídas que ya hubo en las acciones. Eso es lo que estamos viendo ahora en Wall Street, donde hay euforia principalmente con las compañías que van a ganar con esta situación, como las relacionadas con tecnología, trabajo remoto, compras online e internet. Es porque la pandemia está trayendo cambios que a ellos los beneficia. Pero en paralelo hay cada vez más empresas quebradas en todo el mundo.
¿Hay diálogo con la gestión de Alberto Fernández?
A mí me gustaría que haya diálogo más fluido. Hablan con la Unión Industrial Argentina (UIA). Pero la verdad es que no hay un acercamiento a partir del cual el sector privado sepa cuáles son los planes del gobierno, cuánto tiempo más va a estar la cuarentena. Es muy difícil para una empresa y sus trabajadores planificar si no se sabe cuánto tiempo más habrá de aislamiento social obligatorio. Me gustaría que el Gobierno nos acerque.
¿Qué evaluación hace de la negociación de la deuda externa a manos del ministro el Economía, Martín Guzmán?
Creo que están negociando bien, de buena fe. El Gobierno argentino tiene gente capaz negociando la deuda. Aquí no hay un default como el que se declaró en el 2001, cuando se dijo que no se iba a pagar la deuda y fue un default desordenado. Aquí hay gente que sabe del tema, que está haciendo números y cuentas. No voy a ponerme a decir qué es lo que tienen que hacer.
¿Qué impacto tendría un default en el sector privado?
Está claro que sólo hay desventajas si se cae en un default. Pero si hubiera un acuerdo consensuado, sin duda bajaría el costo de financiamiento del Estado y de las empresas privadas. No hay que olvidarse que el sector privado también necesita refinanciar sus operaciones, que muchas veces están en dólares. La inversión extranjera directa se vería reducida a cero en un país en default, porque los fondos de inversión tienen estatutos que les impiden dirigirse a países en cesación de pagos. Y hoy hay mucho potencial para atraer inversiones.
¿Un buen acuerdo ayudaría entonces a una mejor salida en la pospandemia?
Sin dudas. El juego de la reconstrucción tiene que ver con la inversión. Si el país puede atraer inversores que traigan dólares genuinos se va a hacer más fácil. Si por el contrario sólo hay inversión pública en pesos que el Gobierno tiene que imprimir, sabemos a dónde nos lleva ese camino.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.