Los motivos por los cuales el jabón es tan efectivo para prevenir el contagio de coronavirus

El descubrimiento del jabón, una de nuestras mejores defensas contra los patógenos invisibles, cambió para siempre la historia de la humanidad. ¿Por qué es tan efectivo para prevenir enfermedades?

Para los microorganismos, el jabón es extremadamente destructivo: una gota diluida en agua basta para romper y matar a muchos tipos de bacterias y virus, incluyendo al nuevo coronavirus COVID-19.

El jabón está hecho de moléculas en forma de alfiler, cada una de las cuales tiene una cabeza que se enlaza fácilmente con agua y una cola que la evade y prefiere vincularse con aceites y grasas. Por su parte, algunas bacterias y virus tienen membranas lipídicas que están cubiertas con proteínas importantes, las cuales permiten a los virus infectar a las células y mantenerse con vida. Uno de estos patógenos es el coronavirus.

Por eso, cuando una persona se lava las manos con agua y jabón, las colas hidrofóbicas de sus moléculas se introducen en las envolturas lipídicas del virus, y las abren. "Actúan como palancas y desestabilizan todo el sistema", dijo al New York Times el profesor Pall Thordarson, director interino de Química en la Universidad de Nueva Gales del Sur.

Las proteínas esenciales se derraman de las membranas rotas en el agua que las rodea, matando a las bacterias e inutilizando a los virus. Finalmente, cuando la persona se enjuaga las manos, todos los microorganismos dañados, atrapados y matados por las moléculas de jabón son arrastrados por el agua.

Los desinfectantes no son tan confiables, ya que no pueden remover fácilmente los microorganismos de la piel. También hay virus que no dependen de membranas lipídicas para infectar las células, así como bacterias que protegen sus membranas con escudos de proteína y azúcares. Por lo tanto, el lavado de manos es más efectivo que el desinfectante, aunque este último es un buen respaldo cuando el agua y el jabón no están disponibles.

El lavado de manos frecuente y exhaustivo con agua y jabón es una de las prácticas claves de la salud pública que puede lentificar de manera significativa la tasa de contagio de una pandemia y limitar el número de infectados.