El canciller mexicano Marcelo Ebrard lo anunció este lunes en conferencia de prensa, un día después de que el expresidente Evo Morales presentara su renuncia presionado por el ejército y después de semanas de protestas masivas y denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre.
Ebrard indicó que el lunes por la tarde recibió una llamada de Morales en la que les "solicitó verbal y formalmente asilo político en nuestro país", calidad que se le concedió porque "su vida y su integridad corren riesgo".
Asimismo, dijo que procedería a informar de esa decisión a sus homólogos bolivianos para que procedan "a otorgar el correspondiente salvoconducto", así como "garantías de que la vida, integridad personal y libertad del señor Morales no serán puestas en peligro y podrá ponerse en seguridad".
Horas antes, Ebrard había dejado claro que, para México, hubo un golpe de Estado en Bolivia y que su gobierno ya había recibido más de 20 solicitudes para recibir asilo político.
"El ejército de Bolivia pidió la renuncia del presidente y el presidente Evo Morales resolvió presentar su renuncia para evitar una guerra civil, por consiguiente es un golpe porque el ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional", explicó Ebrard.
México, junto a Uruguay, Cuba, Venezuela y el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, coincidieron en calificar de golpe lo ocurrido en el país andino. El resto de países de la región mostraron su preocupación pero eludieron ese término y enfatizaron la necesidad de que se realicen elecciones democráticas libres y que se transite por un camino de paz.
"México no aceptaría un gobierno de carácter militar... Lo que ayer ocurrió es un retroceso para todo el continente", dijo el secretario de Relaciones Exteriores y agregó: "Estamos muy preocupados".