Se trataba de un vuelo más para el piloto de Aerolíneas Argentinas al mando del vuelo 1302 Buenos Aires-Miami. Nada lo hubiera hecho imaginar, que en la noche del 30 de mayo, se convertiría en héroe.
Apenas a unas pocas horas de despegar, según cuenta el sitio Infobae, el comandante fue informado acerca de que un niño de 8 años que viajaba a bordo, había sufrido una lesión en uno de sus pulmones.
Aunque la situación era desesperante, y los cinco médicos que había a bordo del avión intentaron asistir la urgencia del cuadro, fue el piloto quien decidió romper con todos los protocolos e improvisar un aterrizaje de urgencia en el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Tras esa rápida maniobra, el niño fue recibido por una ambulancia y trasladado de urgencia junto a su madre y otros tres pasajeros que oficiaron de enfermeros improvisados. Su cuadro médico indicaba que estaba al borde de un neumotórax, un colapso pulmonar que ocurre cuando el aire escapa del pulmón y llena el espacio entre éste y la pared torácica.
El nene, de apenas ocho años, fue operado con éxito, gracias a la decisión del comandante y la ayuda de toda la tripulación que decidió esperar el fin de la intervención para poner otra vez el avión en marcha y continuar viaje hacia destino.
Esta mañana, el Ministro de Transporte, Guillermo Dietrich felicitó a través de las redes sociales a la tripulación, por su rápida y efectiva acción.