Demi Moore demostró que la belleza no tiene edad. La actriz de Hollywood volvió a posar desnuda tal como lo hizo para una tapa de la revista Vanity Fair en 1991, cuando estaba embarazada y esperaba dar a luz a su segunda hija, fruto de su romance con Bruce Willis.
En aquel entonces, el desnudo de Moore resonó tanto que quedó en la memoria de muchos. En cierta ocasión, ella se refirió al tema de una manera un tanto polémica: "Gracias a Dios, la gente recuerda la foto y no el artículo".
Esta vez, la imagen, que forma parte de una nota que concedió, apareció en la portada de otra revista. Se publicó en la última edición de Harper's Bazaar y ya está dando que hablar.
A sus 56 años y con solo un sombrero rosa y un brazalete de diamantes, Moore se mostró sonriente frente a una piscina en la foto de tapa.
En la entrevista con el medio, Moore habló de cómo crió a las tres hijas que tuvo con Willis (Rumer, Socut y Tallulah). "Ellas me ofrecieron la oportunidad de empezar a cambiar el patrón generacional y de ser capaz de romper con los ciclos", sostuvo.
La aparición en la portada de la publicación se da poco antes de que lance a la venta su libro de memorias, Inside Out, que saldrá a la venta el 24 de septiembre.
La biografía no solo trata sus romances y su vida en Hollywood, sino también su complicada infancia y su lucha contra las adicciones y las inseguridades respecto de su cuerpo.
En octubre del año pasado, la estrella ya había hablado de los problemas que enfrentó al inicio de su carrera. "Al comienzo, entré en un espiral de autodestrucción donde no me importaba el éxito que tuviera. Simplemente sentía que no era lo suficientemente buena", confesó en ese momento, tras ser galardonada con el premio a la Mujer del Año por Peggy Albrecht Friendly House.
"Pensaba que no tenía ningún valor y esa senda autodestructiva me llevó muy rápido a un punto crítico, a una crisis real", añadió en su mensaje en el que no reveló qué tipo de dificultades sufrió.
Sin embargo, tiempo atrás, un artículo de la revista People mencionó que la celebridad estuvo en rehabilitación por su adicción al alcohol y las drogas en los años '80 y que en 2012 fue hospitalizada por un cuadro de agotamiento mental y físico.