El seleccionado de fútbol de Brasil, anfitrión y con la baja sensible de su máxima estrella, el delantero Neymar, goleó 3-0 a Bolivia en el partido inaugural de la 46ta. edición de la Copa América.
Le costó al dueño de casa, con un primer tiempo que terminó entre silbidos del público en el Morumbí. Recien en la segunda parte pudo abrir el marcador por un penal convalidado por el argentino Néstor Pitana, apoyado en el VAR.
Coutinho, compañero de Messi en el Barcelona, la colocó junto al poste de un arquero que adivinó pero no llegó.
La apertura del marcador desmoronó la resitencia boliviana, porque un par de minutos después aumentó la cuenta Coutinho, para el Scratch y para su cuenta personal.
Con el partido ya casi definido, porque Brasil reguló y Bolivia procuró apenas perder por un marcador digno, el recién ingresado Everton anotó el golazo de la noche.
Al final el resultado fue más convincente que la actuación de Brasil, favorito al título. Y los silbidos cambiaron por tibios aplausos. No mucho más.
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